Fuimos a Cenar
Me quedo con el enorme placer de haber compartido cinco encuentros maravillosos con todos. Es una satisfacción especial cuando me hacían mención a que notaban progresos en algún ámbito de su vida o que simplemente les modificaba el humor asistir a clase.
Me emocionó mucho las historias relatadas y sobre todo, como lo charlé con algunos en forma particular, el sentir que fueron capaces de contar cosas que no forman parte del ámbito público, tal vez porque sintieron la confianza, contención y respeto por parte de todo el grupo.
Hubo progresos increíbles. Se animaron a decir y hacer cosas que no hubieran pensado que harían la primera clase. Y se trató realmente de poco tiempo compartido, fueron 15 horas, teniendo asistencia completa. De las cuales 3 hablé solo. Es increíble lo mucho que se puede lograr en tan poco tiempo. Fernanda me contó lo bien que le fue en una disertación que hizo en un postgrado que está realizando y el día de la cena hizo un ejercicio que consistió en encarar a cuatro mujeres que estaban en una mesa lindera y preguntarle qué postre le sugerían para pedirle a su novio que estaba cenando con ella. No se trata de un ejercicio complicado, pero jugando distintos papeles y en lugares diversos, uno puede mejorar e ir en forma permanente por más.
Tratamos de buscarles los ejemplo que le puedan servir a cada uno en su tarea, y sobre todo en la vida diaria, en forma personal, porque tal como lo mencionó Sofi en un mail, de eso se trata de comunicarnos mejor a nivel personal, todo lo demás viene solo. Si somos capaces de mostrarnos como somos realmente, vamos a mostrarnos más naturales y posiblemente la gente nos comprenda mejor.
Los quiero mucho, espero seguir conectado con todos y queda pendiente lo del asado en la casa de Fernanda.
Dany
