Tal vez lo que se quiera expresar sea bueno, pero si no lo hacemos de la manera adecuada puede producir el efecto contrario. En este caso, Javier Milei logró la atención de la prensa por justamente ser incorrecto en el idioma, pero el perjuicio al que se enfrenta es que justamente la forma invalide su pensamiento. El posicionamiento que obtiene es poco feliz, es de alguien al que no quisiéramos que nos represente en temas serios, importantes y menos aún en un ámbito internacional. nos otorga la sensación de desequilibrio. Pensemos seriamente a dónde es que queremos llegar y de qué manera. No es lo mismo tener fama que prestigio.
Javier Milei: “Si soy presidente va a subir el precio de los antidiarreicos porque estarán todos los políticos cagados”
El diputado libertario ofreció una nueva clase abierta sobre economía, esta vez en Córdoba. “Lo que más les duele es que saben que con 300 lucas no pueden sostener el elevado costo de vida que tienen”, reflexionó sobre la donación de su dieta
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